Los niños de sociedad se juntaban en sus casas, y se entretenían con juegos como el corre el anillo, la gallinita ciega, las estatuas, penitencias, el cordero sal de mi huerta, el otra esquina por ahí, el pimpín sarafín, el Ca-ti-ta-ja, el hilo de oro, entre otros muchos de la época.
Los adultos también se recreaban en lugares denominados chinganas, pulperías y ramadas, estas últimas, es el lugar donde se reunían en el campo y que consistían en chozas hechas de ramas.
Las chinganas, originarias del Perú, eran la versión de la ramada pero, en la ciudad. Allí se vendía comida y alcohol. También, había baile y juegos, por lo que eran habituales las peleas producto de las borracheras. En cambio, las pulperías, eran almacenes donde se vendían comestibles y vino, dando origen a tertulias.
Las entretenciones de los adultos provenientes de las clases sociales menos populares, eran los paseos en carreta. Se reunían en salones y cafés donde participaban de juegos de prendas, ajedrez, damas, Lotería.
Este último, se consideraba muy conveniente para los empresarios, por la razón de que de cada peso de la suma a que ascendía cada lotería, la casa sacaba un real. Con este sistema, a las pocas jugadas, el dinero en su casi totalidad pasaba como por encanto al bolsillo del dueño de casa. Este juego, también se jugaba en la plaza de armas, y estaba en el límite de lo autorizado hasta antes del 1810, debido a que se consideraba “perjudicia para el pueblo”.
Los cafés tenían también su sala de juegos de "cartas" o juegos de suerte y envite. Los naipes que se abrían en combinaciones que se llamaban la basiga, la malilla, el mediator, el tonto, el tresillo, que como su nombre lo indica, se juega entre tres. Y estaban los de vicio, que habían llegado de México: la banca, el monte, el paró, y la primera.
Entre los juegos de destreza y habilidad se había contado el truco, que se ejecutaba en una mesa dispuesta a este fin y que después sería el de billar, juego éste que se introdujo en Chile el año 1812, viniéndose a usar sólo en 1832 los tacos con suela.
Los salones de baile eran conocidos como "filarmónicas". En cambio, las ramadas y las chinganas corresponden a los lugares de entretención de las clases populares.
Entre los juegos prohibidos, se encontraban las corridas de toros y las peleas de gallos.
Las corridas de toro, principal entretención de los primeros españoles, se realizaban de manera muy condicionada y en el espectáculo se hacía una división entre las clases sociales y el sexo de las personas que asistían. Sin embargo, a partir de siglo XVIII, las carreras de caballo comenzaron a superar en convocatoria a las corridas de toro, y éstas empezaron a decaer.
En cambio, las peleas de gallos fueron muy populares y aunque en alguna época se intentaron suprimir, nunca ha sido posible erradicarlas del todo. Las peleas se realizaban en círculos de más tres metros de diámetro y de ochenta centímetros de alto, que se llamaban “reñideros”. Fueron famosas por las apuestas que se hacían, tanto así que muchas veces las familias sacrificaban su alimentación para dársela al gallo, con el objeto que éste ganara peleas y, de este modo, recibir el dinero proveniente de las apuestas.
Entre otras entretenciones con animales, podemos mencionar las domaduras de caballos, el lazo, la caza del cóndor y de la vicuña, el gallo descabezado, etc.
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